sábado, 10 de marzo de 2012

Reglas para el juego limpio

¿Qué es jugar limpio? Es ser un buen deportista, valorar la experiencia por encima del resultado, ser respetuoso, ser buen compañero, en una palabra: ser honesto. ¿Cómo se consigue?

  • Nunca protestes al arbitro.
  • Respetar al contrario.
  • Saludarlo deportivamente, tanto si se gana como si se pierde.
  • Respetar las instalaciones deportivas.
  • No protestar en los cambios. Es un menosprecio al compañero que te sustituye.
  • No discutir durante el transcurso del partido con los compañeros.
  • Animar al compañero que falla. Fallar es humano
  • No responder nunca a las provocaciones del contrario.
  • Respetar las decisiones del entrenador.
  • En caso de lesión de un contrario, perdida de la bota, o cualquier otra circunstancia extradeportiva, no aprovecharla para marcar gol.
  • No pedir jamás al arbitro que saque tarjeta a un contrario.
  • Evitar chocar con el portero. Es preferible no conseguir gol que lesionar a un deportista.
  • No realizar entradas por detrás. Son muy peligrosas. Un gol se puede remontar. Una lesión no.
  • En caso de recibir una entrada dura. Aceptar las disculpas del rival, si estan se producen.
  • No perder tiempo a propósito para conseguir ganar un partido. El Fútbol-sala es un juego, pues...¡juguemos!.
  • El deporte es un juego para divertirse y mejorar fisicamente. Por tanto, no hay que obsesionarse con la victoria.
  • Si el rival es muy inferior, no lo desprecies ni te ensañes con él.
  • Los partidos se juegan y se ganan o se pierden en el terreno de juego. No hagas reclamaciones posteriores como que si un jugador no tiene ficha, que si no tenian balón, etc.etc.

1 comentario:

Antonio Pozo Sánchez dijo...

Cambiar la camiseta con el contrario después de un partido demuestra que el enfrentamiento ha quedado atrás y que ha dejado de ser un rival hasta tal punto que no le "deshonra" llevar su camiseta. Pero es verdad que, aunque cada vez es más frecuente, originalmente (en las primeras copas mundiales) se trataba de una práctica reservada a las grandes ocasiones.
Los jugadores guardaban la camiseta del oponente para recordar una final o un partido especialmente disputado o importante. También hay jugadores a quienes les gusta conservar un recuerdo de que se enfrentaron a alguna estrella que saben que será histórica. Un ejemplo de fair play.