lunes, 28 de enero de 2013

Campeones del mundo

Ser campeones del mundo es todo un éxito, pero que lo logre un país en el que el balonmano es un deporte minoritario, tiene mayor mérito, y si además, se logra por segunda vez en ocho años, el motivo de la alegría sigue multiplicándose. El balonmano en Dinamarca es como aquí el fútbol de mediático, en Francia o Alemania es un deporte serio con clubes superprofesionalizados, en Croacia, el balonmano se juega como aquí el fútbol, en los colegios, en los barrios, en los pueblos... En España el balonmano no sólo es un deporte minoritario, lo practican pocos y es seguido por pocos, sino que carece de infraestructuras sólidas, y está lejos de ser un deporte profesional. Durante algunos años, la liga Asobal fue considerada la mejor liga del mundo, eran los años de la burbuja inmobiliaria, en los que tres-cuatro equipos, acaparaban a algunos de los mejores jugadores del mundo, pero detrás de eso, no había nada, y en estos años de crisis, se está demostrando. Se invirtió en jugadores extranjeros, los mejores, lo más caros, pero prácticamente nadie se preocupó de profesionalizar los equipos, no solo con jugadores, sino con estructuras estables. La escasa cantera del balonmano español está ahí, su calidad está fuera de toda duda, pero sobreviviendo a base de bocanadas. Lo dicho, ¡campeones del mundo! Enhorabuena a los premiados.

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