viernes, 21 de febrero de 2014

La deportividad y el juego limpio

La deportividad se asocia con el respeto de las reglas del juego, pero abarca muchos más aspectos, como el respeto al adversario, a los árbitros y jueces, al público, a los propios compañeros...
La deportividad es una actitud que va más allá del estricto cumplimiento del reglamento de juego y la lucha contra el engaño y las trampas. La deportividad es la búsqueda de la victoria a través del esfuerzo individual y colectivo, y la lucha justa y honesta. En el deporte no vale ganar a cualquier precio o por encimia de todo. La deportividad se fundamenta en el espíritu deportivo, de lucha en igualdad de condiciones, y en el juego limpio o fair play.
Se puede respetar el reglamento de juego y no practicar el juego limpio o ser deportivo. Un ejemplo es el tratar de engañar a los árbitros (tirarse a la piscina), o provocar al contrario, a beneficiarse de situaciones injustas o desventajosas para el contrario. Ser deportivo, implica también saber ganar y perder.

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