Cuando realizamos un ejercicio o actividad regularmente, nuestro cuerpo se adapta a esa carga. Eso quiere decir que ese ejercicio o actividad deja de ser estimulante para seguir desarrollando nuestra condición física. Por lo tanto si entrenamos siempre de la misma forma (mismas repeticiones, mismo peso, misma duración, etc.) llega un momento en el que no mejoramos. El principio de sobrecarga o de progresión del entrenamiento nos dice que hay que ir aumentando paulatinamente el volumen y/o la intensidad del ejercicio (por ejemplo, correr más tiempo o el mismo tiempo a mayor velocidad).
En el año 300 a.C., Milón de Crotona demostró este principio levantando un ternero sobre su espalda cada día, hasta que éste llegó a ser un toro.
1 comentario:
Te animo a que sigas en esta línea. Tus ejemplos grecolatinos me ponen.
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