Las carreras y la marcha se diferencian en la fase de vuelo (suspensión) inexistente en la marcha. Las primeras son más o menos naturales, mientras que la marcha requiere un aprendizaje técnico específico.
Dentro de las carreras, podemos distinguir dos técnicas básicas, en función de la distancia. Para carreras de velocidad (50 a 400 m) se emplea una técnica cuya zancada es más amplia, con apoyos a nivel de metatarso (también hay que considerar la técnica de la carrera en curva), mientras que en las carreras de fondo (5000 m hasta la maratón) se emplea una técnica mucho más ergogénica o económica, zancadas menos largas, movimientos de brazos más cortos, apoyos de planta y menos activos (no se da la acción “zarpazo”). A caballo entre estas dos técnicas se encuentra la técnica de las carreras del denominado medio fondo (800-1500 m) A su vez podemos distinguir entre la técnica de las carreras lisas o cíclicas puras y la de las cíclicas rítmicas o carreras con vallas y obstáculos, en las que se introduce “el salto”. Básicamente, la técnica de carrera es la misma, excepto que la última zancada antes de la valla o el obstáculo es más corta. En realidad, los atletas de elite no “saltan” la vallan sino que la “pasan” con una zancada un tanto especial.
Las fases de la carrera son: impulsión / fase de vuelo (talón glúteo – movimiento de péndulo) / amortiguamiento / apoyo e impulsión de nuevo.
Hemos de resaltar, que la técnica de carrera en el atletismo no es exclusiva de las carreras, también se va a dar en otras modalidades como los saltos y el lanzamiento de jabalina, en cada una con unas características particulares (semicurva en altura, con transporte de un móvil en las manos en jabalina y pértiga...)
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