Según la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, atendiendo a las evidencias científicas, la práctica regular de actividad física posee los siguientes beneficios sobre la población en general:
- Reduce el riesgo de desarrollar obesidad y diabetes
- Reduce el riesgo de desarrollar hipertensión o dislipidemias y ayuda a controlarlas
- Reduce el riesgo de desarrollar cáncer de colom y mama
- Reduce el riesgo de cardiopatía isquémica y otras enfermedades cardiovasculares
- Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades mentales, tales como la demencia
- Ayuda a controlar el peso y mejora la imagen corporal
- Preserva o incrementa la masa muscular
- Fortalece los huesos y articulaciones haciéndolos más resistentes
- Aumenta la capacidad de coordinación y respuesta neuro-motora, disminuyendo el riesgo y consecuencias de las caídas
- Mejora la actividad del sistema inmune
- Reduce los síntomas de depresión y ansiedad
- Mejora la autoestima
En definitiva y en nuestra opinión podemos afirmar que la AF posee un importante carácter preventivo y que por muy sana que sea, no es un remedio curativo y no puede compensar todos los errores cometidos en otros aspectos de la vida con respecto a los hábitos y la alimentación. La AF es un elemento más que debe formar parte de todo estilo de vida saludable.
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