Lo educativo del deporte

El deporte es hoy día uno de los fenómenos sociales más relevantes en nuestra cultura, siendo además, la forma más común de entender la actividad física en nuestra sociedad. Sin embargo, la práctica deportiva responde común y tradicionalmente a planteamientos competitivos, selectivos y restringidos a una sola especialidad, y que no siempre se presenta compatible con las intenciones educativas del currículo. 

Lo educativo de la práctica deportiva no radica en el aprendizaje de sus técnicas o tácticas, sino en las condiciones en que se realiza esa práctica para permitir al deportista comprometer y movilizar sus capacidades de tal manera que esa experiencia organice y configure su propio yo (repercusiones físicas, psíquicas y sociales). Por tanto, y siguiendo a Seirul-lo (1995), las condiciones en las que se practiquen las tareas del aprendizaje deportivo son las que determinan el potencial del valor educativo de la actividad, pues es lo que conduce a la estructuración de la personalidad del deportista, mientras que la técnica y la táctica, no son más que una consecuencia de la interpretación deportiva realizada en una época  determinada. 

   Los valores educativos del deporte no son aquellos que de manera habitual se le atribuyen de forma exógena: salud, compañerismo, respeto a las normas...sino esos otros que de forma endógena se van configurando en el individuo gracias a las condiciones en las que se practicó esa especialidad deportiva.   La enseñanza de los deportes debe plantearse como un mosaico de ofertas, con un tratamiento equitativo que permita en un futuro, que el alumnado pueda escoger las más convenientes para su desarrollo personal.

  El deporte no debe ya ser interpretado como un juego, sino como un fenómeno cultural con implicaciones sociológicas, culturales, estéticas y económicas.