Se fundamenta en los principios de ciclización del esfuerzo, que son aquellos que nos dicen cómo se organizan los estímulos de entrenamiento en el tiempo para que la adaptación sea idónea. Se basan en los principios de supercompensación y continuidad, que vienen a decir:
- la adaptación del cuerpo al entrenamiento se da en períodos largos de tiempo
- Cada entrenamiento debe basarse en la huella del entrenamiento anterior
- Hay que evitar entrar en agotamiento, por lo que las sesiones de recuperación y tiempos de descanso deben ser planificadas igualmente.
Por todo ello hay que organizar todas las estructuras en las cuales se da el entrenamiento, desde la más básica que son los ejercicios físicos, hasta los megaciclos que ocupan toda la vida de un deportista.
Ejercicio-Sesión-Microciclo-Mesociclo-Macrociclo-Megaciclo
La planificación hace que cada uno de estos elementos no sea una estructura aislada. Todo ejercicio debe estar integrado dentro de una sesión (conjunto ordenado de ejercicios) concreta de entrenamiento, esta sesión debe formar parte a su vez de un microciclo de entrenamiento (conjunto de sesiones, se 2 a 8 normalmente, que se distribuyen a lo largo de una semana). Los microciclos están relacionados unos con otros dentro de diferentes mesociclos (conjunto de microciclos), y éstos a su vez han de formar parte de un macrociclo (conjunto de mesociclos o ciclo de entrenamiento en el que se consigue la forma física, se mantiene y se compite, y se pierde). Los macrociclos forman parte finalmente del megaciclo de un deportista, en el que se recoge toda la planificación desde la iniciación hasta el alto rendimiento a lo largo de los años.
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