Desde
el punto de vista kinesiológico, la postura se entiende como la
adaptación favorable del esquema corporal al espacio mediante el mantenimiento
de una disposición determinada de los distintos segmentos corporales, va a
ser un indicador de la eficacia mecánica, del sentido kinestésico, del equilibrio muscular y de la
coordinación neuromuscular,
Desde un punto de vista más
operativo, definimos la postura
corporal como la actitud que
presenta el individuo en situación bipodal estática. Esta postura está determinada por la columna vertebral,
la pelvis y las extremidades inferiores.
La postura es una
respuesta global de adaptación del organismo a un determinado ambiente, ya
que la postura se va a relacionar con
aspectos sociales además de fisiológicos y biomecánicos. Es decir, en ella
va a influir la cultura, las relaciones con los demás, etc. Si bien, la postura va a estar
influida por los hábitos, las enfermedades o la herencia, desde una
perspectiva estructural, parece resultar de tres aspectos fundamentales: el
anatómico-mecánico; el neuromuscular-neurofisiológico; y el psicomotor.
Pudiendo distinguir estructuralmente entre postura mecánica, neurofisiológica y
psicomotora, todas ellas generalmente integradas y aplicables. No obstante, el factor cardinal de la postura es el tono
muscular.
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