El ATP (adenosín-trifosfato) es la única forma utilizable de energía para la contracción muscular y el resto de funciones energéticas del organismo. Debido a que su concentración en el organismo es muy escasa (5x10-6mol.g-1), sólo alcanza aproximadamente para 0.5 segundos de contracción muscular intensa, se hace indispensable la existencia de diferentes sistemas energéticos que se encarguen de resintetizar el ATP para prolongar la actividad muscular. Los tres sistemas energéticos existentes son: sistema anaeróbico aláctico (ATP y fosfocreatina); sistema anaeróbico láctico (glucosa-pirúvico-lactato) y sistema aeróbico (oxidación de glícidos, lípidos y proteínas).
Estos tres sistemas funcionan como un continuom energético, también llamado molino metabólico. Es decir, el organismo es capaz de mantener simultáneamente activos a los tres sistemas energéticos en todo momento, pero otorgándole una predominancia a uno de ellos sobre resto de acuerdo a: la duración del ejercicio; la intensidad de la contracción muscular y la cantidad de sustratos energéticos almacenados.
Estos tres sistemas funcionan como un continuom energético, también llamado molino metabólico. Es decir, el organismo es capaz de mantener simultáneamente activos a los tres sistemas energéticos en todo momento, pero otorgándole una predominancia a uno de ellos sobre resto de acuerdo a: la duración del ejercicio; la intensidad de la contracción muscular y la cantidad de sustratos energéticos almacenados.
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