Muchas veces somos nuestro peor enemigo a la hora de competir. No es el adversario externo el que nos derrota sino nuestras propias dudas, nuestro propio miedo y nuestra falta de concentración.
El juego interior, un clásico de la bibliografía deportiva, nos revela que el secreto para ganar cualquier juego radica en no intentarlo con demasiada vehemencia. Se trata de lograr un desempeño espontáneo que solo ocurre cuando la mente está en calma y parece formar una unidad con el cuerpo. Solo así, el cuerpo halla sorprendentes maneras de ir más allá de sus propios límites una y otra vez.
Un libro que encierra toda una pedagogía de la técnica y la competición deportiva.
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